Los libros no son maneras de que alguien piense en nuestro lugar, por el contrario, son máquinas que provocan nuestro esfuerzo mental. No desafían la memoria, tampoco la narcotizan.

Imágenes contra cultura alfabética

La principal característica de una pantalla de computadora es que contiene más caracteres alfabéticos que imágenes. Las nuevas generaciones están orientadas a lo alfabético y no a las imágenes.
El prurito educacional puede extenderse a todos los medios: debe de haber un balance entre las obligaciones y las tareas. El problema no es oponer una forma de comunicación a otra. El problema es como armonizar y completar ambos.

Libros contra apoyos

Los libros tienen una ventaja sobre la computadora. Incluso si se imprimen sobre ácido son más durables que los soportes magnéticos. Más aún, no sufren por los apagones o bajas de voltaje y resisten mejor las sobrecargas. Los libros representan el modo más flexible, económico y versátil de difundir información a bajo costo.
Los libros seguirán siendo indispensables, no sólo para la literatura, sino para cualquier circunstancia en la cual se necesita leer cuidadosamente, no sólo recibir información, sino para especular y reflexionar acerca de su contenido.

Publicación contra comunicación

La gente siempre ha tenido el deseo de comunicarse con un semejante. En otras comunidades esto se hacia oralmente; en una sociedad más compleja se recurre a lo impreso.
La gente se puede comunicar directamente sin la intermediación de las casas editoriales. Un buen número de gente no quiere publicar, simplemente se quieren comunicar unos con otros.
La real oposición no se da entre computadoras o libros, o entre escritura electrónica, manual o impresa. Estamos viviendo, ciertamente, dentro de un a comunidad electrónica global, pero no una aldea; si por esto entendemos un ambiente donde la gente interactúa directamente una con otra. El problema real de una comunidad electrónica es la soledad. Las computadoras quizá no puedan formar un complejo banco de contactos entre almas solitarias, pero ¿podrán constituir una comunidad real de sujetos interactuantes?


La imprenta y la editorial realizan un esfuerzo común para producir mejores libros a precios más bajos y distribuirlos más ampliamente, lo que redundan ganancias para ambas.
Una imprenta responde mejor a una editorial que emplea los términos técnicos indicados y muestra un conocimiento tal de la impresión que pide solo aquello posible de realizar.
Existen tres procesos básicos en la manufactura de un libro: 1) La composición que consiste en el arreglo de las palabras que serán reproducidas con la impresión de la pagina, 2) La impresión es la aplicación de la tinta al papel empleando una prensa plana de tipos metálicos o una de offset para placas, 3) La encuadernación, esto es, doblado, ordenamiento y sujeción de las hojas impresas de alguna forma.

Composición Manual

Es el método más económico, y es más fácil capacitar a un tipógrafo manual que al operador de una máquina complicada. Las desventajas se encuentran en la lentitud, lo que cuesta mantener una reserva de diversos estilos y tamaños, y la posible disminución de la calidad que resulta del desgaste de las piezas.

*Monotipo: es el procedimiento mecánico de tipografía que emplea una pieza de metal por cada letra. Consta de dos partes: el teclado, a través del cual se hacen perforaciones en la cinta de papel, y el fundidor, que moldea las letras y las ordena de la manera deseada según la posición de las perforaciones hechas en la cinta. De todos los métodos mecánicos de composición este es el más flexible.
*El linotipo e intertipo: estas dos máquinas producen líneas completas de letras en lugar de tipos individuales. El método general consta de una línea fundida.
*Fotocomposición: Este proceso funciona por medio de un sistema electrónico, donde las máquinas reproducen las imágenes de los caracteres en una película o papel fotográfico en el arreglo deseado. La película directa o el negativo de la impresión fotográfica se emplea por lo general para ser transportado a placas para impresión offset.
*Desktop Publishing: Este sistema combina una microcomputadora, programas de computación para el procesamiento de palabras y formateo de páginas y una impresora láser para componer paginas en papel listas para ser tomadas por la cámara y transportarlas a placas para impresión para offset.
*Ilustraciones blanco y negro: Existen dos formas básicas de ilustraciones : Dibujos de línea, esto es, completamente blancos o totalmente negros en cualquier punto de la ilustración; e imágenes de tono continuo, que pueden presentar diferentes tonos de gris que van del negro al blanco.
*Ilustraciones a color: para la impresión de línea, los diferentes colores pueden ser impresos sucesivamente. Si se trata de fotos o reproducciones a color, la ilustración tiene que ser descompuesta en puntos de medio tono. Generalmente se trata de cuatro, tomas a cuatro tintas: Cyan, Magenta, Amarillo y Negro.
La descomposición de una ilustración a color en cuatro negativos para otras placas es el llamado Proceso de Selección de Color, el cual, se realiza con una cámara especial, usando filtros de color, o por medio de un escanner electrónico.
*Impresión directa con tipos metálicos: la tinta se aplica en la superficies elevada de los tipos, se presiona el papel contra ellos y de esta forma la figura se transfiere, con el paso del tiempo se agregó a este proceso una variante con la invención de placas que son tomadas de los moldes originales y usadas en lugar de los tipos. La placa es una hoja delgada que no se desgasta tan pronto como los tipos metálicos. Se pueden almacenar fácilmente para ser utilizadas en posibles reimpresiones.
*Impresión litográfica: la impresión se efectúa a través de una placa plana. La imagen de las letras se reproduce sobre la placa y se trata de que la tinta se adhiera sólo a la parte de la superficie que ocupan los símbolos.
*Impresión sin presión: son métodos novedosos de impresión que emplean imágenes electrostáticas. La “xerografia” hace posible la impresión de pequeñas cantidades de ejemplares, sin el costo exorbitante que representa realizar pequeñas ediciones con procedimientos convencionales .
*Serigrafía: Esta es una de las formas de impresión más sencillas. Aunque para este proceso tradicionalmente se ha empleado la pantalla de seda, actualmente es común de uso de nylon, algodón, malla metálica u otros materiales. Es viable para imprimir carteles o páginas de color cuando la cantidad es tan pequeña que no es económicamente viable realizarla con métodos convencionales.

La encuadernación

El proceso de encuadernación implica doblar y compaginar las hojas de tal forma que las páginas queden en el orden indicado, fijar todas las hojas de alguna forma, refilar las orillas y colocarles cubierta protectora.
Para sujetarlas lo más sencillo es por medio de grapas, pues es más costoso hacerlo con hilos, aunque es lo más indicado para un libro grueso.

*Encuadernación americana: Luego de ser refiladas por los cuatro lados, las hojas se prensan y se les aplica un pegamento especial.

*Encuadernación rustica: Es la forma intermedia entre la encuadernación cosida y la que utiliza sólo pegamento para sujetar las hojas; éstas son refiladas sólo por tres lados, y en la parte del lomo se hacen perforaciones, dentro de las cuales el pegamento es prensado para unir todas las páginas.

El Papel

Las cualidades que un editor debe reconocer en un papel son: los materiales con que fue fabricado, peso, opacidad, grosor, superficie, color, y su tendencia a cambiar con el tiempo, sentido del grano, calidad para hacer doblado, y resistencia a rasgaduras.


Partes del libro

Las partes del libro pueden variar ligeramente de una editorial a otra; pero en un libro modelo sus componentes son:
a) Cubierta o primera de forros: en ella se indican el nombre del autor, título y subtítulo de la obra; número de volumen o tomo; nombre de la obra completa de la que forma parte el libro, si es el caso, el nombre de la editorial.
b) Segunda de forros o reiteración de portada. Por lo general va en blanco aunque algunas casas editoras aprovechan este espacio para anunciar otras obras del autor o títulos de la colección.
c) Páginas falsas: son las páginas uno y dos que suelen ir en blanco.
d) Falsa portada, anteportada o portadilla. Es la página tres y por lo general lleva sólo el título del libro. Si la obra pertenece a una colección o a una serie, se registra aquí el nombre de la misma y de la persona que la dirige.
e) Contraportada o frente-portadilla: es la página cuatro. Suele aparecer en blanco y algunas veces figura el nombre del traductor o del ilustrador, así como el nombre de la colección.
f) Portada: es la página cinco y lleva los siguientes datos: nombre del autor; título completo de la obra y subtítulo; nombre y logotipo de la editorial; lugar o lugares donde la editorial se halla establecida; si en la página legal no se indica el año de publicación, se puede indicar en la portada.
g) Página legal: es la páginas seis. En ella se imprimen todos los datos que por ley debe llevar un libro: propietario de los derechos de autor; fecha de publicación; nombre y domicilio de la editorial; los números del ISBN correspondientes a la obra completa; y la leyenda de “impreso y hecho en México”.
h) Dedicatoria o epígrafe: es la página siete.
i) Índice general, contenido o tabla de materias: es la lista de las partes, capítulos y demás subdivisiones del libro.
j) Texto: es el cuerpo escrito del libro.
k) Apéndices o anexos.
l) Cuadros y material gráfico.
m) Notas.
n) Bibliografía.
ñ) Vocabulario o glosario.
o) Índices analíticos.
p) Índices de láminas.
q) Índice general.
r) Colofón: el él se incluye el nombre y dirección del impresor; la fecha en que terminó de imprimirse la obra y el número de ejemplares.
s) Tercera de forros o reiteración de contraportada: de ordinario se deja en blanco; pero algunas editoriales ocupan este espacio con fines publicitarios.
t) Cuarta de forros o contraportada: las editoriales ponen aquí todos los datos que alleguen elementos de juicio al probable comprador.

Divisiones del libro

Las divisiones mayores de una obra suelen ser las partes, las secciones, los tomos o los libros; y unas y otros deben comenzar siempre en página impar, al igual que los capítulos.
Desde el momento en que se diseña un libro, una colección o una serie, deberán establecerse las características tipográficas generales, y en particular las relacionadas con los encabezamientos.
En la numeración de los capítulos la tendencia mayoritaria es la de numerar con romanos los capítulos, aunque también utilizar numeración arábiga, algunas casa suprimen la palabra “capítulo”, pero lo usual es sólo aparezcan el número y el título respectivo.
Se llama colgado al espacio en blanco que se deja entre el límite superior de la mancha impresa y el encabezamiento del capítulo, o bien de la cabeza al inicio del texto.

Tamaños del libro

El tamaño del libro depende en forma directa de las medidas en que se producen las distintas clases de papel. Por ahora, los tamaños se determinan doblando una hoja completa las veces que sea necesario, hasta obtener el tamaño deseado. Si al desdoblarla muestra ocho rectángulos por cara, es decir, 16 páginas por pliego, el tamaño del libro así obtenido se denomina en octavo; si hay cuatro rectángulos por cara, esto es, ocho páginas en total, el tamaño será en cuarto; si sólo se ha doblado la hoja hasta obtener dos páginas por cara o cuatro por pliego, se tendrá un libro en folio. Y si luego de cuatro dobleces dividimos el pliego en 16 páginas por lado, 32 en total, estaremos ante un libro en dieciseisavo.
Hoja: es la unidad de papel de blanco. Sus dos caras o páginas son el anverso y el reverso. Algunos la llaman pliego, aunque este nombre se aplica a un papel impreso o doblado.

Clases y tamaños de papel

Un libro puede no ser impreso adecuadamente sin considerar la calidad del papel, y la clase necesaria depende a su vez del contenido.
De acuerdo con el aspecto, los papeles pueden ser: alisados, satinados, estucados; etcétera, y los empleados en las imprentas se agrupan en dos clases: a) naturales, sin recubrimientos, y b) size press. o encolados superficiales, pigmentados y estucados o cuchés.
Para la impresión tipográfica en general resulta mejor usar papeles blandos con poca cola. En ediciones corrientes, sin ilustraciones, puede emplearse indistintamente papel alisado o satinado; pero si la obra abunda en ilustraciones tramadas será imprescindible recurrir al papel bien satinado, y si es estucado, mejor.

Terminología del papel y el libro

*Página; es cada una de las caras de la hoja, también se le llama así a la parte impresa o escrita de una hoja
*Pliego: es una hoja grande de papel, extendida o doblada, impresa o en blanco. En el papel ya impreso los dobleces para formar el pliego determinan la cantidad de páginas.
*Plieguecillo: es el medio pliego cuando se le dobla a la mitad por lo ancho,
*Cuartilla: cuarta parte de un pliego:
*Octavilla: octava parte de un pliego.
*Terno: conjunto de tres pliegos impresos e insertos unos dentro de otros.
*Cuaderno: cuatro pliegos metidos unos dentro de otros
*Cuadernillo: cinco pliegos de papel o quinta parte de una mano
*Mano: cinco cuadernillos, vigésima parte de una resma
*Resma: veinte manos o quinientas hojas, la resma es la unidad básica en operaciones de compra-venta al mayoreo
*Resmilla: veinte cuadernillos
*Bulto: dos resmas, es decir, mil hojas
*Atado: tres resmas, mil quinientas hojas
*Fardo: cinco resmas, dos mil quinientas hojas
*Libro: La UNESCO lo define como “todo impreso que sin ser periódico, reine en un solo volumen cuarenta y nueve o más páginas, excluidas las cubiertas.”
*Folleto: la UNESCO entiende por folleto “todo impreso que sin ser periódico, reúne en un solo volumen entre 5 y 48 páginas, excluidas las cubiertas”
*Hoja suelta: es “todo impreso que, sin ser periódico, no llega a cinco páginas”
Ahora bien, el libro puede ser prolongado u oblongo cuando es más alto que ancho y apaisado cuando su anchura es mayor que su altura.

*Corte: es la superficie que presentan al exterior las hojas del libro cerrado.
*Lomo: es la superficie del libro donde se cosen o pegan los pliegos para unirse con la tapa o cubierta. En él se acostumbra imprimir el título del libro, el nombre del autor y otros datos que interesen a la editorial.
*Tapas: son las hojas de cartón recubierto de papel, tela o piel que protegen las hojas del libro. Si se trata de una simple cartulina ésta protección se denomina cuberita o forro.

Edición con este nombre se designa a la serie de operaciones necesarias para publicar una obra, y también al conjunto de ejemplares impresos de una sola vez. Las ediciones pueden ser: a) de bibliófilo o de lujo, b) normales y c) económicas. Se llama inédita a una obra cuando se publica por primera vez, hay ediciones acéfalas (sin cabeza o título, o sin portada); anónimas (sino figura el nombre del autor); diamante (en tamaños minúsculos y letra pequeñísima); extracomerciales (no destinadas a la venta); piratas (las que no pagan derechos); políglotas; príncipe (la primera o principal).

Caja, interlínea y otros elementos tipográficos

Se llama caja o caja de composición al espacio que ocupa la página tipográfica sin los márgenes, es decir, la parte impresa en la plana. También se le conoce con el nombre de mancha.
Respecto al ancho de la caja, el texto debe ocupar entre el 70 y el 85% del ancho de la página. El tamaño de la caja comprende el blanco del folio explicativo o titulillo que en México tiene el nombre de cornisa. Ésta suele repetir, en la parte superior de cada página, ora el título de la obra o el nombre del autor, ora el de un capítulo, ora el de un apartado.
El folio puede colocarse a la cabeza o al pie del texto, en los márgenes respectivos, e ir centrados o alineados con el lado exterior de la página, sea par o impar.
Son cuatro los márgenes de una página: 1) superior o de cabeza; 2) inferior, de pie o falda; 3) exterior o de corte, y 4) interior, de lomo o medianil. Los márgenes no se determinan a capricho sino obedeciendo normas generales que combinan estética con funcionalidad. Como primera regla, el margen de corte ha de ser aproximadamente el doble que el medianil, y el de pie, a su vez, más o menos el doble que el de cabeza.
En México se llama colgado o descolgado al blanco que suele dejarse, en los principios de capítulo y divisiones mayores de un libro, entre el límite superior de la caja y la cabeza o título de esa parte.
La sangría es el blanco con que empieza la primera línea de los párrafos en la composición seguida o normal. Está sujeta al estilo tipográfico de una editorial, predomina el uso de uno o dos cuadratines de sangrías en obras de todo tipo.
Los buenos impresores saben cómo espaciar las palabras. El espaciado de un texto debe ser regular, pues resultan antiestéticos los blancos excesivos entre palabras. El espaciado irregular habrá de evitarse.
Como en otros puntos, en lo que respecta a márgenes, colgados, sangrías y demás blancos, interviene ante todo el sello editorial, la manera propia de hacer libros.

Tres párrafos: normal, francés y moderno.

El párrafo ordinario es el que usamos en la escritura común, y consiste en un bloque de líneas, de las cuales sólo la primera se sangra. Este párrafo es el usual para componer el cuerpo del texto.
En el párrafo francés se sangran las todas las líneas menos la primera. Se usa por lo general en la composición de la bibliografía. También se emplea en los índices especiales, glosarios, enumeraciones, cuadros y otros textos que así destacan los inicios de un bloque de datos y lo separan del siguiente.
El párrafo moderno no lleva sangría; también se conoce como americano. Éste se presta para citas, epígrafes, sumarios y textos similares.

Cuerpo e interlínea

El cuerpo de la letra es la distancia entre las caras anterior y posterior, y que su tamaño se mide en puntos. La composición tipográfica, se mide de acuerdo con el cuerpo de la letra.
La gradación en tipo móvil se inicia con el cuerpo 5, a partir de la cual la serie aumenta por puntos:6,7,8,9,10,11,12,13,14,16,18,20,24,28,32,36,40,48,60,72,84,96,108
Para el texto, los cuerpos más usuales van de 8 a 12 puntos. En las notas se hallan desde 6, pero de ordinario se emplean cuerpos de 7, 8 y 9 puntos. Los tipos menores se reservan para llamadas de nota, que suelen indicarse con números, signos o letras volados o voladitos, es decir, colocados en la parte superior de la composición. Los tipos mayores, de 14 y hasta 30 ó 36 puntos, se emplean sobre todo para cabezas, falsas, títulos y para textos publicitarios.

Otros elementos tipográficos

Además del texto, una obra se compone de ilustraciones, cuadros, gráficas, etc. En los que suelen hallarse presentes otros elementos tipográficos, funcionales algunos, ornamentales otros. Se llama rayas o filetes a las piezas de metal de igual altura que los tipos y terminadas en una o más rayas de grosores y dibujos variados.
Los cuadros por lo general están delimitados en cabeza y pie por filetes gruesos o finos, que varían de acuerdo con el estilo editorial. Hay filetes de 1,2,3,6 y 12 puntos, cuyos nombres son, respectivamente, fino, negro, medio luto y luto de 6 ó 12 puntos.
Las orlas son también piezas fundición de la misma altura de un tipo que llevan, en vez de letras o signos, un adorno que sirve para enmarcar u ornamentar algunos trabajos fantasía. Se usan más bien en revistas, anuncios, comerciales, trípticos, folletería e impresiones similares.


El diseñador

El diseñador debe determinar las características del libro: las medidas de la pagina, el tipo y tamaño de la letra que ha de ser utilizada para reproducir el texto y su ubicación en la pagina, la medida de los márgenes, el espacio entre líneas, la colocación de títulos, capítulos, y números de pagina; el plan de ilustraciones y tablas; el tipo de papel en que se ha de imprimir; la clase de encuadernación; el papel o tela que se utilizara en la cubierta, y los mil y un detalles que inciden en la apariencia del libro.
El diseñador busca proyectar en un libro que a la vez sea atractivo y logre transmitir las ideas del autor y el ilustrador de la manera más clara e inteligente posible.
En el diseño del libro, el diseñador trata de equilibrar: que el diseño sea apropiado para el tema del libro, que tenga tractivo artístico, claridad e inteligibilidad para el lector, la economía tanto de la editorial como del consumido, y viabilidad desde el punto de vista de la impresión.

Cálculo del tamaño del libro

El diseñador necesita conocer la cantidad de letras que tiene el manuscrito para pensar en diferentes diseños, el tamaño de los tipos, si las páginas serán grandes o pequeñas, con márgenes estrechos o amplios y poco o mucho espacio entre los renglones. Una forma de obtener este cálculo es contar las palabras que aparecen en el manuscrito.

El diseño básico

La mayor aportación que el diseñador puede hacer al público es encontrar una presentación atractiva, legible y nítida a un bajo costo para la editorial que se traduzca en un menor precio al comprador.
Los cuatro aspectos relacionados con la letra—figura, tamaño, longitud de línea e interlínea—afecta el diseño de la página. Ello implica determinar las medidas de los márgenes laterales, superior e inferior, la ubicación de los números de pagina y (si se emplean) las cornizas, es decir, el titulo del capitulo que aparece en todas las páginas o alternado con el libro o nombre del autor.

Trabajo artístico

Si el libro incluye ilustraciones, mapas, cartas, o tablas, el diseñador tendrá que enfrentar una gran variedad de problemas adicionales. Las tablas enviadas al tipógrafo deben de ir acompañadas de instrucciones acerca del tipo de letra que se ha de utilizar, así como su acomodo. Si además el manuscrito cuenta con ilustraciones elaboradas que el editor ha decidido incluir, las decisiones al respecto pueden reducirse las indicaciones de cómo han de ser impresas y su ubicación en el libro.

Diseño de portada y forros

Las partes del libro que despiertan mayor interés en los diseñadores, son la portada, el forro exterior, y la página que abre cada capitulo. El reto de diseñar el forro de un libro consiste en crear algo que atraiga la vista y al mismo tiempo resulte económicamente viable. El diseño del forro puede ser el factor determinante para el existo o el fracaso del libro en caso de distribución masiva.

Procesos de impresión

*Tipografía: la primera elección que afecta el espacio tipográfico es la técnica con que serán compuestas las palabras para ser impresas. Estas pueden componerse mecánicamente, por procesos fotográficos, con maquina de escribir, utilizando procesadores de texto, colocando letra por letra a mano, o dibujando cada una de ellas manualmente.
*Impresión: si el libro no incluye ilustraciones, la impresión debe terminarse en función de la tipografía empleada, o tomando en consideración los costos, la calidad requerida o los equipos disponibles. En cuanto las ilustraciones, el diseñador deberá con mayor razón considerar los más adecuados procedimientos de impresión o combinación de ellos.
*El papel: la elección del papel depende en parte del procedimiento con que se realizará la impresión. Independientemente de la calidad, existen algunos tipos de papel adecuados para determinados procesos de impresión, pero no para otros.
Encuadernación: la principal decisión en lo que respecta a la encuadernación—si el libro llevará pasta dura, blanda o ambas---generalmente toma en cuenta los aspectos comerciales, en función de costos de producción, precio al público, promoción y demás.


Entre las cosas que un diseñador puede hacer para mejorar su propio trabajo son: aprender todo lo posible acerca de los procesos de impresión, sobre todo acerca de los nuevos avances que introducen las imprentas locales; estudiar buenos ejemplos de arte grafico procedentes de tantas fuentes como sea posible.


El mundo editorial se convulsiona también ante la necesidad de adecuarse a un público consumidor que día con día se percibe más demandante y crítico. Entre los restos que la industria editorial ha de enfrentar con mayor rigor se destaca el manejo del lenguaje, el cual es a todas luces la materia prima del trabajo diario del sector.
El público lector no sólo recibe de de nosotros un contenido informativo sino también modos de expresión, los cuales consciente o inconscientemente podrían ser tomados como modelos a seguir.
Los vocablos sufren muchas veces desplazamientos semánticos o sintácticos y la misión de los diccionarios no es condenar esas modificaciones sino simplemente describirlas.
La lengua no es más que un reflejo de nuestra realidad. Mientras exista el afán de imitación, será inevitable la tentación de tomar prestados términos extranjeros. No podemos perder de vista que la variedad lingüística elegida por el hablante constituye uno de los signos más insistentes en su posición social o de su deseo de pertenecer o identificarse con un núcleo socioeconómico.
Es importante considerar que las ciencias, las artes, las diversas ramas del saber requieren la existencia de léxicos especializados para nombrar conceptos específicos. Finalmente, lo que podemos observar es que todas esas manifestaciones de ultracorrección no dejan de mostrar la gran preocupación de los hablantes por convertirse en usuarios competentes de la lengua. ¿Qué podemos hacer, entonces?
En principio, resulta un error fundamental creer que una corporación o los diccionarios o las gramáticas tienen autoridad para legislar sobre la lengua. Nadie ha de decirnos cómo ha de ser la lengua, sino cómo es. La función de esas obras o instituciones es puramente informativa, no prescriptiva.
Los expertos en lingüística dicen que la lengua es un organismo autorregulado, es decir, que el instinto general por preservar el medio de comunicación con los demás promueve los cambios necesarios y, al mismo tiempo, frena las tendencias desintegradotas o expresiones ajenas la molde del idioma.
Es el momento de retomar la gramática como un instrumento practico del idioma, como una espléndida disciplina mental, como un juego de inteligencia. Hay que volver los ojos a la literatura, ya no sólo como una ocasión de placer estético, sino también como una fuente inagotable para nuestro crecimiento intelectual. Ahí encontraremos las verdaderas lecciones que nos permitirán analizar las producciones lingüísticas de los demás con mejores elementos y actuar nosotros mismos con mayor prudencia, flexibilidad y acierto.


El trabajo de corregir el manuscrito se denomina corrección. La función del corrector es la de ayudar al autor a presentar las ideas escritas de manera nítida y eficaz.
Durante el proceso de edición, el corrector es quien maneja las relaciones con el autor o traductor, el diseñador, el dibujante y el tipógrafo.
El autor o traductor debe entregar un manuscrito listo para ser enviado a tipografía; sin embargo, en toda la historia editorial ningún autor ha logrado cumplir con tal requisito y el editor somete el manuscrito a una corrección exhaustiva.

Los aspectos que un corrector debe cuidar son:

*Legibilidad: cada letra de cada palabra del manuscrito debe ser clara y legible, de manera que el tipógrafo pueda leer fácil y rápidamente para dedicarse por entero a su difícil y muy técnica labor. Si el manuscrito tiene demasiadas correcciones o agregados, el corrector debe asegurarse de que las partes confusas sean pasadas en limpio o, si el texto no está mecanografiado con tipos normales, éste debe ser totalmente transcrito en letra adecuada. La responsabilidad del corrector de estilo consiste en dejar un manuscrito tan claro que el tipógrafo sin tener que detenerse a pensar sepa qué es lo que va a tipografiar.
*Unificación: es importante dotar al texto de uniformidad en cuanto a la ortografía, puntuación y otros aspectos. Generalmente las editoriales hacen público que el estilo de la casa está basado en tal o cual diccionario o en un libro de estilística. El corrector tiene la responsabilidad de velar por la unificación del manuscrito de principio a fin.
*Ortografía: aparte de tener que decidir entre distintas grafías aceptadas para una misma palabra, el corrector debe detectar y corregir los múltiples errores ortográficos que los autores suelen cometer.
*Trasliteración: un aspecto muy importante de la escritura es el de la trasliteración de los signos de un idioma a otros.
*Puntuación: es responsabilidad del corrector entregar al tipógrafo un manuscrito con puntuación aceptable y congruente, así como claridad en las ideas que el autor desea comunicar.
*Abreviaturas: la mayoría de las abreviaturas no están sujetas a normas universalmente establecidas, sino a criterios de unificación y a la elección entre varias opciones.
*Unificación en material: uno de los retos a los que se enfrenta un corrector es el de asegurar la uniformidad en la presentación de materiales de apoyo como tablas, notas de pie de página, fórmulas matemáticas o químicas y pies de ilustración.
*Gramática: al mejorar la gramática del manuscrito sin alterar el estilo o las ideas fundamentales que el autor desea expresar, el corrector se enfrenta con otro gran problema.
*Veracidad de la información: el corrector no cuenta con el tiempo necesario para comprobar todos los datos que aparecen en el texto, pero si cuenta con un buen nivel de conocimientos sobre diversos temas, puede detectar errores al dar lectura al manuscrito.
*Propiedad y legalidad: el corrector tiene la responsabilidad ante el editor de observar en detalle cualquier cosa del manuscrito que pueda violar las leyes nacionales o esté en contra de la política editorial de la empresa, la decencia y la propiedad. El corrector debe cuidar que el autor no viole los derechos de propiedad literaria de otros autores o de otras editoriales.
*Detalles de producción: el corrector como coordinador del trabajo de autor, ilustrador, diseñador y tipógrafo, es el intermediario que representa al editor y al autor ante los operarios.

Herramientas del corrector

El corrector requiere de una sólida preparación general, curiosidad intelectual, pasión por la lectura de temas variados, gran sensibilidad hacia los idiomas; pues éstos serán sus principales instrumentos. Además el corrector deberá tener a la mano: diccionarios, enciclopedias, guías generales de estilo, así como manuales especializados de acuerdo al tipo de texto que corrige.

Manejo de pruebas

Alguien de la editorial, generalmente el corrector, recibe del tipógrafo las pruebas y las envía al autor, quien las devuelve con las correcciones señaladas, estudia los señalamientos del autor para asegurarse de que sus anotaciones son claras y apropiadas, añade las no detectadas por el autor y regresa las pruebas al tipógrafo.
Si todo sale bien, solamente son necesarias dos lecturas de las pruebas: primeramente de la pruebas galeradas, es decir, del texto antes de la formación de páginas, y, después, las pruebas compaginadas, cuando se hayan incorporado las correcciones y formado las paginas con su folio correspondiente.


El editor que desea dar un buen servicio al público y a la vez aportar ganancias a su empresa sale en busca de manuscritos, y no se limita a encontrar los mejores manuscritos ya realizados, también estimula y promueve la creación de nuevos trabajos para los cuales aparentemente existe una necesidad y, por lo tanto, un mercado.
Lo importante es que en el proceso editorial estén representados los puntos de vista de todas las áreas que en él intervienen; la decisión final no debe recaer solamente sobre la apreciación del editor en cuanto a la calidad del manuscrito.
El manejo cuidadoso de un manuscrito, puede ser determinante para un buen desarrollo editorial.

Evaluación del manuscrito para su publicación

El estudio de manuscritos que no serán impresos puede resultar un trabajo muy costoso. Es necesario asumir estos costos si se desean encontrar los textos que sí serán publicados. Pero lo que determina la eficiencia de un departamento editorial es la reducción al mínimo del desperdicio de tiempo y recursos económicos en el análisis de manuscritos que finalmente serán rechazados.
La primera lectura: los manuscritos son leídos por primera vez por un miembro del equipo editorial. Esta lectura puede ser de una parte o un vitazo general para determinar si amerita el gasto que representa un análisis más a fondo con la lectura a cargo de otros empleados editoriales o consultores externos.
El consultor: este es un especialista en la materia abordada por el manuscrito sujeto a consideración o puede ser una autoridad en cuestiones de estilo editorial o tener otras cualidades.
El punto de vista del consultor puede hacer la diferencia no sólo en cuanto a la decisión de publicar o no, sino también haciendo sugerencias que podrían convertir un libro aceptable en uno sobresaliente
El editor debe considerar los méritos del libro, luego pensar si el libro puesto puede considerarse dentro del proyecto editorial, no sólo entre las expectativas y planes, sino incluso en relación con la situación económica de la empresa.

Cómo llega el manuscrito a la editorial

El departamento editorial dentro de la industria editorial tiene como principal objetivo captar manuscritos. Las maneras en que puede llegar un manuscrito a manos del editor son:
*El personal. En una casa editora todos los empleados pueden hacer sugerencias al editor respecto a algún manuscrito.
*Buscadores de texto. Puede existir una relación formal y profesional con personas que buscan y hacen llegar manuscritos al editor, dichos colaboradores podrán recibir como pago un pequeño porcentaje de los ejemplares vendidos.
*Premios. Las editoriales pueden otorgar premios a manuscritos antes de su publicación, y si llega la casa editorial llega a otorgar dicho premio, tal pueda significar para el público que la editorial tiene interés en publicar las mejores obras.
*Agentes literarios. El agente literario trabaja para el autor, no para la editorial. Recibe el manuscrito del autor y lo propone a diversas editoriales, y si es aceptado, negocia con uno de los editores los términos de un contrato para su cliente.

Principales proyecto de desarrollo

*Series: el proyecto desarrollo más común es el de la edición de una serie de libros de un tipo o acerca de un tema general. Una serie no sólo goza de ventajas en cuanto ventas, sino también favorece el aspecto editorial, pues hace llegar al editor lo mejores manuscritos relacionados con el tema de la serie.
*Libros de texto y lecturas suplementarias: estos representan los ejemplos más importantes de proyectos de desarrollo, muchas veces en forma de serie, que exigen gran esfuerzo durante un periodo prolongado.
*Libros de consulta: proyectos tales como diccionarios, enciclopedias y atlas aún cuando consten de un solo tomo y no sólo en serie, pueden resultar empresas de grandes proporciones que exigen años de preparación y una inversión considerable de recursos desde mucho antes de que empiece a generar ingresos por concepto de ventas.

Financiamiento para el desarrollo editorial

El proceso editorial genera gastos mucho antes de proporcionar ingresos, debido a la necesidad de pagar personal calificado para la planeación y realización de proyectos.
Programación de necesidades. Al enfrentar el gran problema que representa financiar un proyecto de cierta envergadura, el editor debe planear cuándo se tendrán que realizar los pagos y cuándo se espera la llegada de los ingresos.
El editor tiene que comprometerse por completo desde el inicio e invertir una parte de su capital líquido y en ocasiones solicitar préstamos as inversionistas que confíen en la empresa y su proyecto